La orquesta Mil Maravillas

La Orquesta Mil Maravillas, de Santiago Iglesias de Paúl  . Avant Press 

Sinopsis de la editorial

¿Quién no ha bailado alguna vez al compás de una orquesta de verano en las maravillosas noches de verbena? Comenzando por “La Yenka” y finalizando por “Paquito el Chocolatero”, pasando incluso por todos esos pasodobles que gustan tanto a la tercera edad, e incluso a los de edades más tempranas, que también nos gustan…Pero esas orquestas sin sus componentes y gentes que los apoyan no tienen sentido. Esos profesionales de las orquestas que en ellas cantan, bailan y tocan, haciéndonos vibrar, sólo piensan en agradar y triunfar. Pero ellos, por supuesto,  tienen sus sentimientos ¡claro que los tienen! Pues de ellos, de sus querencias y sus vivencias, trata la novela que tienes en tus manos. Sí, también los protagonistas dicen algunas paridas que  espero te hagan sonreír.De pueblo en pueblo, de gala en gala, haciendo kilómetros, ellos van repartiendo magia. Otros también van haciendo kilómetros, pero estos sin cantar mucho que digamos. Me refiero a los refugiados, los que tuvieron que  abandonar su hogar. Algo que se nos escapa. Sus caminos se cruzan en esta novela, y es que el autor piensa que algo tenía que hacer cuando decenas de niños se están muriendo ahí al lado, en las orillas de nuestro querido Mediterráneo. Va por ellos. Se espera que al lector le guste este cruce de caminos, más de temática que de personas. Y por favor, que la música de las orquestas de verano no pare. 

No es la primera novela que leo de este autor, y espero ya la siguiente.  Cada cual es más diferente a la anterior y a cada publicación me encuentro una lectura más ágil.

En esta novela nos encontramos una orquesta típica de estas fechas, de las que nos hacen bailar y desparramar en las fiestas de los pueblos. En esta ocasión vemos a la orquesta no solo subida al escenario sino que la conoceremos entre bambalinas.

Esta orquesta Mil Maravillas es grande, de 15 a 30 integrantes en los que nos encontramos al solista Jefe Carlos, a la solista fémina Lola, a la bajo Lucia, al trompetista Aarón en pack con su chica Teresa, a los teclados a Johnny, con Pepe a la batería y Javier en la guitarra. Hay bailarines y muchas anécdotas.  Parece sin embargo parece que esta orquesta con el paso del tiempo se desestructura y la escasean los contratos de trabajo.

Algunos deciden buscar alternativas a la música e incluso se emparejan y surgen desencuentros.  El autor consigue en un ambiente festivo introducir el tema de las drogodependencias, en su fase final; la muerte del toxicómano sin perder el ritmo. Los pros y los contras de la colaboración solidaria cuando te posicionas frente a una causa, marcando el compás. Y el conflicto de los refugiados, afinando hasta el final.

Y es virtud del autor, que pese a esta tematica intensa, se te quede con ganas de seguir bailando y que aguante el cuerpo para las siguiente fiesta.