jueves, 9 de marzo de 2017

Música de cañerías



«Aquél era el problema de ser escritor, ése era el principal problema: tiempo libre, demasiado tiempo libre.»


Música de cañerías, de Charles Bukowski. Anagrama. Traducción J.M. Álvarez y Ángela Pérez

Esta lectura está relacionada con las ultimas entradas del club de lectura América en corto Rock  Spring  y Tres Cuentos 

Han sido 35 o 36 relatos cortos de este autor con una temática nada recomendada, sabía por cosas previas que habían caído en mis manos que no me iba a gustar, la violencia, el sexo y la afición al juego y al alcohol. Lo malo es que lo incluye en escenas cotidianas, es tan real y tomado de la forma más natural, que es como habituarte. Tiene mérito la forma en la que están escritas, narración fluida y con detalles que te proporcionan una escena en concreto, crear un ambiente de tensión que muchas veces no llega al desenlace y cuando no lo esperas sin embargo la violencia acampa en al decisiones de los protagonistas.

He querido sacar un pensamiento optimista del objetivo del autor; el rechazo moral o ético que  provocan sus historias podría ser el fin; es decir, tanta fiesta descontrolada provoca querer quedarte en casita y no querer ir a un bar a emborracharte. Genera un pensamiento crítico.

La idea pesimista es que cualquiera que visite un bar asiduamente, de sus parroquianos podría sacar relatos similares, si no en similitud con sus realidades si basado en hechos reales o en un deseo. Es lo que provoca un sentimiento de tristeza.

La ironía está presente en las historias encuadradas en escenas de vida cotidiana, y narra unas historias dentro de otras. También ser percibe una crítica a la cultura y estudiosos de la cultura, así como al perfil profesional del escritor.

Los dos relatos que destaco sobre el resto y que más me han gustado son Grita cuando te quemes y Una jornada de trabajo.



«—¿qué sabe?
—Que eres un perfecto imbécil
—¿eso soy?

—Todos los escritores lo son. Por eso escriben. »

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